Como todos los años marzo anuncia la llegada de la primavera, en otras partes el otoño, pero para mí significa el comienzo formal de la temporada Eurovisiva. Atrás quedaron esos sábados maratónicos donde seguía has 10 preselecciones al mismo tiempo, todas en idiomas que no domino.
Desde el pasado 14 de marzo, día en que se sortearon los puestos de actuación de ambas semifinales y la final, se respira otro ambiente entre los eurofans; la emoción es diferente. Ahora predecir el ganador del Festival de Eurovisión es el tema que llena los foros dedicados al concurso.
En tanto, los 43 candidatos a llevarse el trofeo comienzan (o continúan) sus giras de promoción tratando de conquistar a aquellos países que puedan llevarlos a la victoria.
En mi caso, estos 52 días que restan antes del festival representan el preámbulo de uno de los momentos más esperados del año, la gran final del Festival de Eurovisión, precedida por sus dos semifinales, videos promocionales, versiones de las canciones y el reto de reseñar a los 43 concursantes de esta edición.
Pero sin duda alguna lo que hace mas especial a la 56º edición del Festival de Eurovisión es que tendré la dicha de disfrutar de los 3 shows, no en primera fila porque costaban muy caras las entradas y no habían, pero sí en vivo dentro del ESPRIT Arena en Düsseldorf y experimentar la semana eurovisiva en todo su apogeo.
Düsseldorf, allá voy!
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